jueves, 12 de junio de 2008

La envidia de los colegas y de mucha gente

¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta.
Victor Hugo (1802-1885) Novelista francés.


Siempre que haces una fiesta nunca faltan las malas lenguas que critican todo, aunque sean incapaces de hacer algo o dar algo al prójimo, no se ponen a pensar el esfuerzo que se hace para invitar a tantas personas para pasar un rato feliz, se salen de la fiesta lamiéndose los bigotes y refunfuñando lo que se comieron.
Van a la comida y salen diciendo que fea estuvo la comida aunque se la hayan comido toda, otros critican a los músicos aunque no sepan tocar un instrumento, se dan las ínfulas de ser críticos aunque al hablar de ella reflejan su total ignorancia, en fin podríamos señalar muchas cosas que se dicen al asistir a una fiesta, normalmente hablan por envidia.
La envidia es el motor de la ambición personal, como el freno de la ambición ajena, entonces habría que deducir que el envidioso es un ser detestable y peligroso, que busca desprestigiar a su rival para consumar su propia ambición.
La envidia es ese mecanismo psicológico que no permite que nadie tenga ni sea mejor que uno. “¿Por qué él y no yo?”, se pregunta el envidioso que no acepta el triunfo ajeno. De modo que en esta competencia abierta, en la que uno ambiciona ser y tener lo que es y tiene el otro, es casi natural que el envidioso busque por todos los medios la caída de su rival, impulsado por ese sentimiento, de que nadie es tan capaz y perfecto como uno mismo.
Los envidiosos difaman, insultan, acusan a su rival y lo que es peor, cuando ya no les queda más argumentos para hablar en contra, transforman la mentira en verdad y la verdad la convierten en basura, pues los envidiosos suelen ser como las serpientes venenosas y las navajas de doble filo. Por eso mi abuela, nos advertía sin cesar: “Cuídate de los envidiosos, que esos te dan un beso de Judas en la mejilla y te clavan el cuchillo de la traición por la espalda.
El envidioso tienen un denominador común: suelen ejercitar la maledicencia y el gusto por encontrarle defectos a sus oponentes, con el fin de exaltar sus debilidades y menoscabar sus virtudes. En el arte, la cultura, la política y, por supuesto, en el periodismo, abundan quienes conspiran a espaldas de quienes ejercen la misma profesión; no en vano reza el dicho: “Tu colega es tu peor enemigo”, debido a que la rivalidad del colega se manifiesta no sólo en el celo y el odio, sino también en la traición y el crimen. No obstante, en ningún otro oficio la envidia es tan evidente como en el periodismo, en el arte y la política, donde el amigo de mayor confianza puede transformarse en el enemigo más irreconciliable.
El envidioso está acostumbrado a meter cizaña entre los amigos y parientes, con el propósito de lograr sus objetivos con base en envolver y confabular mentiras. Es un ser peligroso que puede convertir una cofradía en un nido de ratas y serpientes. ¡Ojo!, el envidioso se disfraza casi siempre de amigo, como el lobo de oveja, para causar un daño en el momento menos esperado, pues es un ser astuto que, aun siendo un pobre diablo, se ufana de tener más sapiencia y experiencia. De ahí que cuando se aparece un envidioso, lo mejor es avanzar con los oídos tapados y los ojos bien abiertos, para no escuchar los falsos cantos de sirena ni caer en las trampas que va dejando a cada paso.
Y termino citando
La envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros.
Diógenes Laercio (S. III AC-?) Historiador griego.

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